9 Mitos de la Prevención de Riesgos Laborales

¡Os dejamos con 9 Mitos que nos han parecido un gran acierto!

Mito 1: Cuanta más luz, mejor

Para comenzar con nuestra serie de mitos a desbancar, hemos elegido uno que está bastante extendido. Somos muchos los que pensamos que cuando trabajamos cuanta más luz haya mejor, menos se cansará la vista. Sin embargo, exponernos a un exceso de luminosidad en nuestra zona de trabajo puede hacer que suframos mayor fatiga ocular.

Esto puede parecer contradictorio con lo que solemos decir. Sin embargo, si nuestra mesa de trabajo está cerca de la ventana podemos deslumbrarnos. Por eso, es recomendable colocar la pantalla en posición perpendicular al foco de luz, en este caso la ventana; ni de frente ni de espaldas.

Y, si la luz nos sigue deslumbrando, siempre estamos a tiempo de bajar la persiana, para dejar la habitación medio iluminada sin destellos, y encender una luz enfocada directamente a la mesa de trabajo, nunca hacia nosotros.

Mito 2: Más señales de seguridad, más protección

Lo primero que debemos tener claro es que colocar una señal en el lugar donde existe un determinado riesgo no asegurará que vayamos a evitar el peligro. Para ello, existen otro tipo de medidas como la eliminación del riesgo o el uso de medidas de protección colectivas e individuales.

Lo cierto es que este mito está muy extendido. Tendemos a pensar que el exceso de protección supondrá mayor seguridad. El problema es que el uso excesivo, en este caso de señales de seguridad, generará un exceso de información en los trabajadores a los que queremos impactar.

Eso hará que ocurra lo mismo que con la publicidad, si la señal no destaca por encima de las demás no generará interés alguno.

Mito 3: Aplicar la prevención riesgos laborales es complicado

Sí, es cierto. “¿Entonces por qué está en la sección de mitos?”, te preguntarás.

Lo cierto es que llevar a cabo un plan de prevención en riesgos laborales es complicado para una persona que no está formada para ello o para alguien que no está familiarizada con el tema.

Sin embargo, la prevención en riesgos laborales apoyada en profesionales será realmente sencilla. Se trata de organizarnos para poder analizar cada puesto por separado. Y, dependiendo de las tareas y del propio trabajador, tendremos que poner especial atención en unos riesgos u otros.

Mito 4: Los planes de prevención en riesgos laborales son extensos e incomprensibles

No, no es cierto. Esta afirmación no es más que una excusa y, lo peor es que no dejamos de leerla. Los planes de prevención de riesgos laborales no son extensos e incomprensibles. Recogen todos los riesgos a los que se enfrentan los trabajadores de una determinada empresa en la realización de sus tareas.

Aunque la realidad es que, por más planes de prevención que se hagan, si estos no se aplican no servirán para nada. Por eso, no es cierto este mito. Un buen plan de prevención recoge, ni más ni menos, que los riesgos y las medidas preventivas necesarias para evitarlos.

Eso sí, no podemos olvidar que en función de la empresa para la que se elabore dicho plan, este será más largo o menos. No será lo mismo analizar los riesgos en una cantera de mármol que en una asesoría jurídica.

Mito 5: Cierro la puerta y a correr

Vale, reconocemos que con los títulos no lo estamos poniendo fácil para intuir de qué mito se trata.

Lo cierto es que cuando hablamos del transporte de mercancías, existe un mito muy pero que muy extendido. Son muchos los trabajadores que piensan que con cerrar la puerta del camión es suficiente y no necesitan asegurar la mercancía.

Este grave error supone una vasta mayoría de los accidentes que se producen en carreteras. Y, es que, si la mercancía no está correctamente asegurada aumenta el riesgo de vuelco del vehículo.

Y, evidentemente, además de provocar posibles accidentes y lesiones para el conductor y otros pasajeros, un hándicap añadido es que dicha carga también puede dañarse con mayor facilidad.

Mito 6: Las sandalias y chanclas están prohibidas en el trabajo

Somos muchos los que en verano pensamos si podemos utilizar chanclas o sandalias para ir a trabajar y mantener nuestros pies frescos durante la jornada laboral. Lo cierto es que la normativa actual en PRL no prohíbe el uso de este tipo de calzado en el trabajo.

Ahora bien, debemos ser conscientes de que hay puestos de trabajo que requieren el uso de calzado de trabajo específico que otorgue prestaciones determinada. Por ejemplo pueden ser los trabajadores de la industria pesada o los electricistas.

Además, accidentes como los resbalones, tropiezos o caídas suponen entre el 30% y el 40% de los accidentes laborales que se sufren a día de hoy.

Entonces, podemos concluir, que no está prohibido el uso de chanclas o sandalias en el trabajo. Sin embargo, sí es recomendable el uso de un calzado de seguridad que sujete bien el pie y con una suela que no aporte un buen agarre.

Evidentemente, todo dependerá del puesto que desempeñemos, pues no serán las mismas restricciones las que tendrá un trabajador de oficina que un mozo de almacén.

Mito 7: La prevención en riesgos laborales solo es cosa de la empresa

¿Cómo puede ser que alguien piense que su seguridad y salud tan solo son objeto de preocupación para alguien externo?

Es cierto que los empleadores deben esforzarse para que sus trabajadores realicen su tarea de la forma más segura posible. Y, además, deben poner de su parte para vigilar la salud de los mismos tanto a corto como a largo plazo. Sin embargo, soy yo mismo quien tiene la obligación de mantenerme seguro. Si no lo hago yo, ¿quién?

Además, como trabajadores, cuando formamos parte de un equipo también somos responsables de la seguridad del resto de miembros, por lo tanto, la prevención es cosa de todos.

Mito 8: El que la hace, la paga

Seguro que este título os ha dejado un poco desconcertados, ¿no es cierto?

Vale, vamos a intentar explicarnos un poco mejor. Lo cierto es que, en profesiones relacionadas con la educación, donde se tienen niños a cargo, solemos pensar que el responsable en caso de que ocurra algún accidente será el personal a cargo, independientemente de si es un profesor, un tutor, un educador o el personal de ludoteca.

Pero, la realidad es bien distinta, si el docente actúa de manera responsable, se entiende que hay accidentes que no se pueden controlar. Por lo tanto, las obligaciones legales no recaerían en el trabajador sino más bien en el empleador.

Por ejemplo, en el caso de una ludoteca, si se produce un accidente con un niño, no será el responsable el educador encargado de la misma, sino el empleador de este.

Aunque siempre hay casos excepcionales en los que el trabajador no sigue las normas y las medidas de seguridad y, por lo tanto, la responsabilidad de cualquier accidente ocurrido en ese caso, es suya.

Mito 9: Las caídas son inevitables, acostúmbrate

Ya sabes, las caídas son culpa de la gravedad, por lo que no podemos evitarlas.

No. En realidad, la mayoría de los resbalones y caídas que se producen en el trabajo se pueden prevenir. Bien sea manteniendo el orden y la limpieza al día o utilizando el calzado adecuado.

Como hemos comentado más arriba, los accidentes por caídas son evitables. Y, para más inri, suponen pérdidas económicas para las empresas muy elevadas. Por eso, no demos las cosas por sentado y hagamos de la prevención nuestro mejor aliado.

 

Conclusión: Lo mejor es siempre estar informado y preguntar a un técnico en prevención de riesgos laborales. 😀